3 generaciones de mujeres al frente de un ícono gastronómico de Villa Devoto

3 generaciones de mujeres comparten la fórmula que les permitió evolucionar de un emprendimiento familiar a una propuesta gastronómica liderada por mujeres con pasión en su sangre.

Josefina Spagnolo (83 años), Marcela Vázquez (57 años) y Penélope Mariani, (28 años) son 3 mujeres de una misma familia que hoy llevan adelante un negocio gastronómico de medio siglo de vida. Cada una con un rol especial, representan a 3 generaciones de mujeres que han tenido que enfrentarse a los desafíos propios de su tiempo y que supieron aprovechar oportunidades y transmitirse el espíritu de crecimiento y superación.

En 1970, Josefina Spagnolo, primera generación de una familia italoargentina y con sólo 31 años, pudo ver en una esquina de Villa Devoto, el futuro de su familia y las generaciones que seguirian. En una época donde el rol de la mujer era invisible, Josefina fue la excepción. De perfil emprendedora, con vocación de trabajo y su ímpetu por crecer y superarse, creó su propio negocio familiar: “Confitería Pablos”. Ubicada en el corazón de Villa Devoto, en poco tiempo se convirtió en una de las mejores confiterías de Buenos Aires, donde las facturas artesanales, las tortas y los cucuruchos Pablos pasaron a ser el punto de atracción del lugar. “Valores como el trabajo, el esfuerzo, el afán de superación, se aprenden en la familia desde la infancia. Creo que las mujeres tenemos un papel clave en la inspiración de las siguientes generaciones. Además, las mujeres somos líderes emocionales por naturaleza y considero que esta característica de nuestro género fue un valor agregado muy importante para la historia de la marca”, comparte Josefina.

En 1980, ya con su primer sueño cumplido, Josefina, con el apoyo de su marido y el propósito incansable de seguir creciendo, decidió incorporar en “Pablos” servicios de lunch y de catering para eventos, llegando a ser uno de los tres mejores catering de Buenos Aires. En muy poco tiempo empezaron a ser contratados para eventos de más de 1000 cubiertos en lugares icónicos como por ejemplo el Luna Park. Con este crecimiento sostenido y la llegada de una nueva cultura sibarita y cambios en los hábitos y preferencias de los consumidores, en 2001 “Pablos Confitería & Catering”, se convierte en “Pablos Restó y Pastelería”, cuyo éxito superó todos los pronósticos más optimistas. Gran parte de este éxito tuvo que ver con la incorporación de una nueva propuesta gastronómica con menúes y platos de comida artesanal, que vinieron de la mano de una arriesgada decisión, pero tomada con seguridad: la incorporación de Marcela Vázquez, esposa en ese momento del hijo mayor de Josefina. Marcela con una carrera de chef conquistada, se plantó como lider del equipo de cocina. Esta fue una apuesta fuerte ya que para la época el rol de la mujer en las cocinas de restaurantes no era algo común. Pablos debutó como restaurante con una propuesta de cocina de autor que resultó una novedad para esos tiempos. “Todo se dio de manera muy natural. Encontré en la cocina una forma de vivir que me apasiona. Sumarme a un proyecto de familia basado en la vocación de trabajo me permitió iniciar mi carrera en un ambiente muy ameno para mi crecimiento y esto se lo voy a agradecer siempre a Josefina”, agrega. Desde la incorporación de Marcela, Pablos adquirió un sello distintivo en lo que es su propuesta gastronómica, distinguiéndose por sus Pastas Artesanales.

En el año 2019 y ya con gran parte de su proyecto de vida cumplido: una familia consolidada, un negocio reconocido por muchos y sus deseos concretados, Josefina, dio un paso al costado, dandole la bienvenida a su nieta, Penélope; la tercera generación. Desde muy chiquita, Peni se paseaba por el local, siendo espectadora, sin saberlo, de lo que hoy es parte de su vida y carrera profesional. ”Crecí rodeada de masas y fuegos, mi abuela fue parte de mi crianza. Ella es una mujer emprendedora y visionaria que me inculcó la cultura de calidad de trabajo y la importancia de ser constante y resiliente cuando las condiciones lo valen. La convicción que la llevó a tomar las decisiones correctas en los momentos indicados es una de las cosas que más me inspiran sobre ella”, comparte Penélope.

Peni, como le dicen en la familia, es Licenciada en Marketing y con la llegada de la pandemia su expertise, su visión millennial y su perfil creativo se potenciaron y permitió que “Pablos Resto & Pastelería” pueda transformarse en muchos aspectos: incorporó venta online, abrió canales de comunicación digitales para estar disponibles para sus clientes, trabajó en el cambio de imagen de marca e incorporó nuevos productos. Cambios que hoy permiten a Pablos ser uno de los lugares más reconocidos y elegidos de la zona. “De cara al 2023, en “Pablos” tenemos por delante nuevos proyectos con el objetivo de seguir expandiendo el modelo de negocio basado en 3 pilares fundamentales: la calidad de los productos, nuestros platos icónicos y la capacidad de evolucionar y adaptarnos a las preferencias de los clientes y el negocio gastronómico”, comenta Penélope.

Durante su medio siglo de vida, “Pablos” Restó & Pastelería logró transformarse, reinventarse y evolucionar para y por sus clientes, pasando por diferentes situaciones, contextos y cambios. donde siempre las mujeres fueron protagonistas, aportando cada una lo que mejor supo y sabe hacer; todas con el mismo sentimiento de superación, adaptación y amor por lo que hacen.

Tal es así que estos 50 años de historia fueron reconocidos a fines de 2022 por la Legislatura Porteña, que de la mano de María Sol Méndez y Gimena Villafruela, Legisladoras Porteñas y Nicolás Ezequiel Mainieri, presidente de la Comuna 11, entregaron una placa de distinción a Josefina y su familia. “Estos 50 años son producto del esfuerzo y la convicción de un trabajo sostenido y en familia, unido al profesionalismo y la capacidad de superar los momentos más adversos”, comenta Josefina.