La dulce historia de la Rosca de Pascua

La Pascua es una festividad llena de tradiciones y costumbres culinarias que se mantienen vivas en todo el mundo. Una de ellas es la Rosca de Pascua, un pan dulce que no puede faltar en la mesa. Como dice Martín De Vit, asesor técnico de Puratos, empresa multinacional belga que ofrece soluciones e innovación en productos de panadería, pastelería y chocolatería:

“La Rosca de Pascua es mucho más que un pan dulce, es una tradición en la Argentina y se ha transmitido de generación en generación. La familia y amigos se reúnen en torno a la mesa para disfrutarla, junto al mate. Es un símbolo de esperanza, unidad y comunidad. Por eso se consume tanto, y es un elemento infaltable en la celebración de Semana Santa”

Aunque no existen datos estadísticos precisos sobre su consumo en Argentina, se estima que es uno de los productos más vendidos en las panaderías y confiterías durante la festividad.

Desde sus orígenes hasta su evolución en diferentes países, la Rosca de Pascua ha sido adaptada y enriquecida con nuevos ingredientes, formas y decoraciones, pero en general se caracteriza por ser un pan dulce elaborado con leche, huevos y harina, y decorado con azúcar, frutas confitadas, y en algunos casos, con huevos duros.

Pero como todo, la tradición también evoluciona y en los últimos años ha habido un aumento en la demanda de productos más saludables y naturales. Hoy esta receta tradicional tiene sus variaciones y la hacen aún más atractiva. Algunas panaderías y confiterías comenzaron a utilizar harinas integrales, pasta de avellanas, frutas frescas y edulcorantes naturales en lugar de azúcar refinada, explica De Vit.

La Rosca de Pascua tiene una larga historia que se remonta a la antigüedad. En las saturnales romanas, se acostumbraba a elaborar una torta redonda hecha con higos, dátiles y miel, como ofrenda para agradecer a la tierra por su generosidad y riqueza de alimentos. Con el tiempo, esta tradición se fue transformando y adoptando distintas formas en cada país. En Italia, por ejemplo, los pasteleros retomaron la tradición pagana a fin de rivalizar con la usanza del Huevo de Pascua como símbolo de nacimiento y fertilidad. Así nació la Rosca de Pascua como la conocemos hoy en día.

Con el tiempo cada país fue creando su propio pan de pascua, agregando ingredientes, cambiando cubiertas, y así llegan a nuestros días propuestas de roscas rellenas con distintas variedades de cremas, roscas almendradas, roscas de chocolate o con frutas. Mona de Pascuas (España), Kulich (Rusia), Ostertorte (Alemania), Colomba (Italia), Pan de Pascua (Chile), Roscón Pascual (México) o nuestra Rosca de Pascuas tradicional, cubierta con crema pastelera, fruta confitada y azúcar granulada son algunos ejemplos que se unifican en una misma tradición

El consumo y preparación de la tradicional Rosca de Pascua varía en cada país, en algunos lugares representa, a través de la figura de un anillo, el amor y la amistad que unen los pueblos. En otros, representa la unidad familiar y el concepto de continuidad, de volver a comenzar cada año, el renacer eterno.

En Argentina, la Rosca de Pascua está muy arraigada entre las costumbres culinarias de la festividad cristiana, al igual que la Rosca de Reyes. Es muy parecida en cuanto a su forma, pero se diferencia en que está decorada con frutas confitadas y cubierta con crema pastelera y azúcar granulada. En algunos lugares, se acostumbra a colocar un huevo duro en el centro de la rosca, como símbolo de la resurrección de Jesucristo.

En cualquier caso, la Rosca de Pascua sigue siendo una tradición muy valorada en muchos países de América Latina y del mundo, y su elaboración y consumo sigue siendo una fiesta gastronómica.

Cómo hacer una rosca de Pascua
Por Martin De Vit, Asesor Técnico de Puratos:
Esponja

•Harina 80 gramos.
•Levadura 10 gramos.
•Miel 1 cucharada.
•Leche tibia 80 cc.

Masa
•Harina 200 gramos.
•Azúcar 65 gramos.
•Miel 1 cucharada.
•Sal ½ cucharadita.
•Huevos 1 unidad
•Leche 40 cc.
•Levadura 20 gramos.
•Esponja (preparada previamente)
•Ralladura de 1 limón.
•Ralladura de 1 naranja.
•Esencia de Vainilla 1 cucharadita.
•Manteca 60 gramos.

Relleno
•Pasta de Cacao y Avellanas 200 gramos.

Primero vamos a hacer una esponja (o fermento previo) para darle mejor sabor y más fuerza a la masa de nuestra rosca. Para hacerla entibiamos la leche, disolvemos en ella la miel y la levadura y agregamos la harina. Mezclamos bien y dejamos reposar tapada por unos 30 minutos aproximadamente.

Ahora llego el momento de formar la masa. Para hacerla colocamos la harina sobre la mesada en forma de corona, espolvoreamos la sal encima. En el centro agregamos los huevos, la leche tibia, la miel, la levadura, la esponja que habíamos hecho previamente y perfumamos con las ralladuras y la esencia de vainilla.

Iremos mezclando desde el centro hacia afuera para incorporar la harina y formar una masa.
Amasamos hasta que quede bien lisa y suave. Por último, incorporaremos la manteca bien blandita. Al principio cuesta un poquito incorporarla, pero no se asusten sigan amasando sin agregar harina hasta que se desprenda de la mesada.

Formamos un bollo, lo colocamos en un bowl, lo tapamos y lo dejamos levar hasta que duplique su volumen.


Una vez levada desgasificamos y con la ayuda de un palo de masar estiramos la masa de manera rectangular.

Untamos la superficie con la pasta de avellanas y cacao y enrollamos (como si fuera un pionono). Cortamos el rollo de manera longitudinal y obtendremos así dos cabos.

Torzamos ambos cabos y le damos forma de rosca. Colocamos sobre una placa previamente enmantecada, cubrimos y dejamos levar hasta que duplique su volumen.

Pintamos con huevo batido y llevamos a horno precalentado a 180°C durante 25 minutos aproximadamente. Al retirar del horno podemos pincelar la rosca con miel y decorar con avellanas picadas. ¡Listo! ¡Solo nos queda la tarea de disfrutarla!